Como promotores de una ecología integral, representantes del Movimiento Católico Mundial por el Clima participan en el Tercer Aniversario de Laudato Si: «Salvar nuestra casa común y el futuro de la vida sobre la Tierra», en el Vaticano, en donde se abordan los desafíos y el impacto que plantea este documento a tres años de su publicación.
Luego de que Papa Francisco presentara su encíclica sobre medio ambiente, Laudato Si, más de 650 organizaciones se organizaron para poder difundir el mensaje del cuidado de la casa común, lo que originó el Movimiento Católico Mundial por el Clima (MCMC).
“Nuestro objetivo es ayudar a la comunidad católica a recibir, entender y poner en práctica el mensaje de Laudato Si con un foco fuerte para pasar a la acción y así atender el cambio climático”, expresó en entrevista Tomás Insua, director ejecutivo del MMC.
A través de conferencias impartidas por expertos en el tema, se hará un análisis de las principales líneas de acción que se han puesto en marcha en estos últimos años para asegurar un auténtico “cuidado de la Casa común”, tanto a nivel individual como a nivel local, regional, nacional e internacional.
Tomado de: Caritas Latinoamerica
Del 21 al 23 de junio en la Ciudad de Cartagena, Colombia, se llevó a cabo la VI Plataforma Regional sobre Reducción del Riesgo de Desastres en las Américas en la que participaron representantes de Cáritas América Latina y el Caribe, demostrando los esfuerzos que hace la organización para que el trabajo del eje transversal de Medio Ambiente, Gestión de Riesgos y Emergencias (MAGRE), se vea visibilizado en eventos a nivel mundial.
El evento organizado por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR) resulta una oportunidad para conjuntar a investigadores y entidades de la sociedad civil que buscan un mismo fin: entender la RRD desde una perspectiva inclusiva, que promueva el monitoreo y la participación en acciones de primera línea con transparencia y promoción y organización.
En este sentido, la participación de Caritas en este tipo de eventos es de suma importancia, ya que demuestra el trabajo en reducción de desastres que padece América Latina y el Caribe, por medio del eje MAGRE, el cual tiene presencia en la mayoría de los países de la región.
“La presente delegación asume animar con los gestores de las Caritas, asesores voluntarios; que las Caritas profundicen cuatro aspectos importantes en la agenda y los haga llegar al consejo humanitario internacional para avanzar en la profundización de los temas y buscar nuevas maneras de la Confederación, asumir sus capacidades de Reducción de Desastres de manera integral”.
Por lo que proponen:
1. Constituir la asistencia humanitaria ya basada en los Derechos Humanos con ejes más claros de la Resiliencia Comunitaria, antes, durante y después de Respuestas de Emergencia. Incluyendo en los Llamados de Emergencia (EA) ítems que explicitan los esfuerzos que esa perspectiva se efectúa. Para 2020 en la VII plataforma regional en Jamaica, se realice talleres, ruedas de conversación, seminarios zonales para promover, debatir y profundizar estos temas en las Caritas de las Américas y Caribe.
2. La agenda de trabajo de las Caritas latinoamericana y del Caribe, incluyendo los diálogos con el Secretaríado general de Caritas Internacionalis, esté armonizada con la agenda de los acuerdos de Sendai y busca demostrar la respuesta de Caritas en los espacios internacionales y locales como nuestra pastoralidad asume maneras concretas de transformación social. Se concreta ese esfuerzo con la presencia de una delación internacional para plataforma global en mayo de 2019 en Suiza, con presentación de experiencias de las Cáritas en el evento, y un encuentro anterior de las Cáritas sobre el asunto.
3. Para 2020, buscaremos animar, promover y facilitar que todas las Cáritas de las Américas y el Caribe sean miembros de la GNDR. Si es posible, la Secretaría General de Cáritas Internacionalis también sea miembro de la Red Global de Organizaciones de la Sociedad Civil para la Reducción de Desastres (GNDR), y asumamos desde entonces una agenda programática en los diversos ámbitos de la incidencia que se realice.
4. Que el enfoque de gestión comunitaria para la reduccion de riesgos de desastres con una participación inclusiva de grupos mas vulnerables como ser mujeres, niños, niñas, personas con discapacidad, adultos mayores, personas con enfermedades crónicas o terminales, sea incorporado en los marcos estratégicos a nivel regional y en los países miembros de la región de America Latina y el Caribe.
Los cinco países que conforman la zona del Caribe coincidieron en el tercer día de trabajo del primer hondureñito rumbo XIX Congreso Latinoamericano de Cáritas, que el revisar las experiencias de cada una de las Cáritas en esa región representa una oportunidad para generar planes mucho más estratégicos y con mejores alcances.
Luego de concluir con el taller de incidencia, los participantes del hondureñito de la zona Caribe continúan con las sesiones para revisar el plan de esta región, el cual se presentará durante el XIX Congreso Latinoamericano de Cáritas, en Honduras el próximo año. Para ello, analizaron cada una de las realidades de los países desde su trabajo en la pastoral social. Por ejemplo, el de las emergencias surgidas por desastres naturales.
Como el caso de Puerto Rico y Antillas, que durante el 2017 enfrentaron los daños provocados por dos poderosos huracanes. La emergencia hizo que ambas Cáritas implementaran estrategias de respuesta, con base a los lineamientos de Caritas Internationalis. De ambas experiencias surgieron varios aprendizajes, como el de dar a la población talleres de cómo reaccionar ante estos desastres.
Es así como las experiencias resultan un elemento del cual surgen aprendizajes a implementar en próximos planes, los cuales no sólo abordan la parte asistencialista sino también la promoción humana integral.
“Fomentar procesos de desarrollo humano integral y formación espiritual, partiendo siempre del potencial de los recursos locales existentes y el involucramiento de los diferentes actores sociales para lograr que las familias y comunidades acompañadas por Caritas, descubran y valoren las capacidades que ellas poseen para solucionar sus problemáticas, es decir, crecer como seres sociales y espirituales”, indicó Jose Gautreau, secretario ejecutivo de Caritas de República Dominicana.
El Papa Francisco presidió en la Basílica de San Pedro, un Consistorio ordinario público para la creación de 14 nuevos cardenales procedentes de 11 países, cuyos orígenes expresan la universalidad de la Iglesia que, tal y como ha subrayado el propio Pontífice, “continúa a anunciar el amor misericordioso de Dios a todos los hombres de la tierra”.
El Santo Padre dirigió un discurso claro y profundo a los nuevos miembros del Colegio cardenalacio recordándoles que la máxima grandeza y ambición a la que puede aspirar el cristiano es la del servicio al prójimo, siendo capaces de entregar la vida por los demás; siguiendo el modelo del Hijo de Dios.
Durante el Consistorio ordinario público en la Basílica de San Pedro, el Santo Padre recordó a los nuevos miembros del Colegio cardenalacio que la máxima grandeza y ambición a la que pueden aspirar «es servir a Cristo y a su Iglesia».
Servir a Cristo es la mayor condecoración
«La única autoridad creíble es la que nace de ponerse a los pies de los otros para servir a Cristo. Es la que surge de no olvidarse que Jesús, antes de inclinar su cabeza en la cruz, no tuvo miedo ni reparo de inclinarse ante sus discípulos y lavarles los pies. Esa es la mayor condecoración que podemos obtener, la mayor promoción que se nos puede otorgar: servir a Cristo en el pueblo fiel de Dios», dijo Francisco, destacando que ese servicio cobra vida » en el hambriento, en el olvidado, en el encarcelado, en el enfermo, en el tóxico-dependiente, en el abandonado, en personas concretas con sus historias y esperanzas, con sus ilusiones y desilusiones, sus dolores y heridas».
Príncipes de la Iglesia humildes y siervos
Asimismo, el Pontífice reafirmó que sólo actuando de esta manera, «la autoridad del pastor tendrá sabor a Evangelio, y no será como «un metal que resuena o un címbalo que aturde» (1 Co 13,1).
Y en alusión a la humildad que debe prevalecer en el corazón de estos «Príncipes de la Iglesia», que en la práctica deben comportarse como «pastores que han sido llamados a servir a la Iglesia» bajo la distinción de cardenal; el Sucesor de Pedro los exhortó a no sentirse superiores a nadie: «Ninguno de nosotros debe mirar a los demás por encima del hombro, desde arriba. Únicamente nos es lícito mirar a una persona desde arriba hacia abajo, cuando la ayudamos a levantarse», dijo.
El peligro de la búsqueda del interés propio
En referencia al pasaje del Evangelio de San Marcos (10,32), leído en la ceremonia del consistorio; en el que dos discípulos, Santiago y Juan, piden a Jesús que les conceda puestos privilegiados cuando alcance la gloria eterna, (sin comprender verdaderamente a qué tipo de gloria se refería el Maestro); el Santo Padre puso en guardia sobre las ambiciones y «las encrucijadas de la existencia que nos interpelan» a lo largo de la vida y «logran sacar a la luz búsquedas y deseos no siempre transparentes del corazón humano».
Ante este dilema, la respuesta de Jesús es muy clara: «el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor» (Mc 10,43), ya que Él busca recentrar la mirada y el corazón de sus discípulos, «no permitiendo que las discusiones estériles y autorreferenciales ganen espacio en el seno de la comunidad», explicó el Obispo de Roma observando que «en la búsqueda de los propios intereses y seguridades, comienza a crecer el resentimiento, la tristeza y la desazón. Poco a poco queda menos espacio para los demás, para la comunidad eclesial, para los pobres, para escuchar la voz del Señor», y así, «se pierde la alegría, y se termina secando el corazón» (cf. Exhort. Ap. Evangelii Gaudium, 2).
La importancia de no olvidarse de la misión
Por otra parte, el Papa resaltó otra de las enseñanzas de Jesús que brota de este Evangelio: «la conversión, la transformación del corazón y la reforma de la Iglesia siempre es y será en clave misionera, pues supone dejar de ver y velar por los propios intereses para mirar y velar por los intereses del Padre».
«Estemos bien dispuestos y disponibles, especialmente en los momentos de dificultad, para acompañar y recibir a todos y a cada uno, y no nos vayamos convirtiendo en exquisitos expulsivos, que por cuestiones de estrechez de miradas, se la pasan discutiendo y pensando entre nosotros quién será el más importante», dijo Francisco a los purpurados.
Agradecer a Dios por la gracia de la pobreza
Por último, el Santo Padre concluyó recordando una palabras del testamento espiritual de san Juan XXIII, «que adelantándose en el camino» pudo decir:
«Nacido pobre, pero de honrada y humilde familia, estoy particularmente contento de morir pobre, habiendo distribuido según las diversas exigencias de mi vida sencilla y modesta, al servicio de los pobres y de la santa Iglesia que me ha alimentado, cuanto he tenido entre las manos —poca cosa por otra parte— durante los años de mi sacerdocio y de mi episcopado».
«Aparentes opulencias ocultaron con frecuencia espinas escondidas de dolorosa pobreza y me impidieron dar siempre con largueza lo que hubiera deseado. Doy gracias a Dios por esta gracia de la pobreza de la que hice voto en mi juventud, como sacerdote del Sagrado Corazón, pobreza de espíritu y pobreza real; que me ayudó a no pedir nunca nada, ni puestos, ni dinero, ni favores, nunca, ni para mí ni para mis parientes o amigos» (29 junio 1954)».
Tomado de: Vatican News
El Papa Francisco en su tercera catequesis sobre los mandamientos dijo: “No nos salvamos solos, pero de nosotros puede partir un grito de ayuda: Señor sálvame, enséñame el camino, acaríciame, dame un poco de alegría»; «este grito es importante, es oración, es conciencia de lo que todavía está oprimido y no liberado en nosotros”.
«Si alguien no ha hecho todavía experiencia de la acción liberadora de Dios en su vida, necesita elevar su grito al Padre como hizo el pueblo de Israel, Él siempre escucha el lamento de sus hijos y los libera»: con estas palabras el Santo Padre inspiró a los fieles a sentir cercano al Dios Padre generoso que nos ama y nos salva.
Dios primero salva y luego nos pide confianza.
En la Audiencia General del miércoles 27 de junio el Obispo de Roma impartió su tercera catequesis sobre los mandamientos, reflexionando sobre el texto que precede el Decálogo:
El texto de los diez mandamientos está precedido por una frase que pone de manifiesto la generosidad de Dios, recordando que Dios liberó a su pueblo y lo sacó de la esclavitud. Es una muestra más de que Nuestro Dios primero salva y después nos pide confianza.
La vida cristiana no es sólo cumplir deberes
La primera declaración, “Yo soy el Señor tu Dios”, dijo el Santo Padre, “ilumina el decálogo de los mandamientos”, que más que mandamientos son las “palabras amorosas de Dios” a su pueblo para que camine bien:
Desde esta perspectiva, -explicó Francisco hablando en nuestro idioma- la vida cristiana no es simplemente un obedecer normas ni cumplir deberes, ni tampoco depende sólo de nuestra fuerza de voluntad, sino que es una respuesta agradecida a un Padre generoso que nos ama y nos libera. Un corazón que ha sido tocado por el Espíritu Santo es agradecido y recuerda la bondad de Dios y los muchos beneficios que ha recibido de Él.
Efectivamente, el Papa Francisco observó, en su alocución en italiano, que los cristianos que siguen sólo los “deberes”, denuncian que no tienen una experiencia personal de Dios:
“Yo debo hacer esto, esto, esto… sólo deberes. ¡Pero te falta algo!” “El fundamento de este deber es el amor de Dios, que primero da, y luego, manda”. “Poner la ley antes de la relación no ayuda al camino de la fe”, afirmó. “ La formación cristiana –dijo- no se basa en la fuerza de voluntad, sino en la acogida de la salvación, en dejarse amar: primero el Mar Rojo, luego el Monte Sinaí”.
Si no sentimos la experiencia de Dios, gritar pidiendo su ayuda Profundizando, el Papa señaló que depende de nosotros el ser escuchados. Remarcó que «no nos salvamos solos», pero que de nosotros puede partir un grito de ayuda: «Señor sálvame, enséñame el camino, acaríciame dame un poco de alegría», rezó a modo de ejemplo. «Depende de nosotros: pedir ser liberados, del egoísmo, del pecado, de las cadenas de la esclavitud. Este grito es importante, es oración, es conciencia de lo que todavía está oprimido y no liberado en nosotros», dijo.
Si alguien no ha hecho todavía experiencia de la acción liberadora de Dios en su vida, necesita elevar su grito al Padre como hizo el pueblo de Israel, Él siempre escucha el lamento de sus hijos y los libera. Nosotros no podemos salvarnos únicamente con nuestras propias fuerzas, pero podemos gritar pidiendo ayuda. Esto es ya una forma de oración, que brota de lo que en nosotros existe de oprimido y necesitado de libertad. Dios escucha siempre nuestro grito, pues él nos ha llamado a vivir como hijos libres y agradecidos, obedeciendo con alegría a aquel que nos ha dado mucho más de lo que nosotros podremos darle.
Aprender del testimonio valiente de los Apóstoles Pedro y Pablo
En sus saludos finales, como es habitual el Romano Pontífice dirigió un pensamiento especial a los jóvenes, los ancianos, los enfermos y los recién casados. Recordando que pasado mañana será la Solemnidad de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, Patronos de Roma, alentó a aprender de estos apóstoles la capacidad de dar un testimonio valiente del Evangelio de Jesús, más allá de los propios sufrimientos, “conservando la concordia y la amistad que fundan la credibilidad de cualquier anuncio de fe”.
Mientras que a los fieles de lengua Española invitó a que “recordando todo lo bueno” que Dios ha hecho en cada uno, “respondan con libertad y alegría a la llamada de Dios, que nos ama y nos libra de nuestras esclavitudes para que podamos vivir como sus hijos amados”.
Saludo del Papa a los fieles en el Aula Pablo VI y a la delegación «Olimpíadas Especiales»
Antes de la Audiencia General, el Papa se asomó al Aula Pablo VI, desde donde siguieron la Audiencia los enfermos, para evitar el calor de Roma. Allí el Santo Padre dio la bienvenida a la delegación de la organización «Olimpiadas Especiales», con motivo del 50 aniversario de su fundación: “El mundo de los deportes ofrece una oportunidad particular para que las personas crezcan en el entendimiento mutuo y en la amistad. Rezo para que esta Llama Olímpica sea un signo de alegría y esperanza en el Señor que otorga los dones de la unidad y la paz a todos sus hijos. Sobre todos los que apoyan los objetivos de las Olimpiadas Especiales, imploro de corazón a Dios su bendición, que él os conceda el gozo y la paz”, manifestó.
Palabras especiales tuvo el Romano Pontífice hacia el grupo «Iniciativa católica para el joven sordo de América», también en el Aula: «Rezo para que vuestra peregrinación, ‘Un tiempo para caminar con Jesús’, los ayude a crecer en el amor a Cristo y a los demás. El Señor tiene un lugar especial en su corazón para aquellos que sufren cualquier tipo de discapacidad, y también lo tiene el Sucesor de San Pedro. Espero que vuestra permanencia en Roma sea espiritualmente enriquecedora y fortifique vuestro testimonio del amor de Dios por todos sus hijos. Mientras continúan su viaje, les pido que por favor que no se olviden de rezar por mí. Que Dios todopoderoso los bendiga abundantemente».
Tomado de: Vatican News