Informe de la misión exploratoria del Departamento de Asuntos Políticos de las Naciones Unidas (DPA) a Honduras

Informe de la misión exploratoria del Departamento de Asuntos Políticos de las Naciones Unidas (DPA) a Honduras

Antecedentes 

El pasado 23 de enero, el Secretario General de las Naciones Unidas recibió una carta del Gobierno de Honduras solicitando el apoyo técnico de la Organización de las Naciones Unidas para facilitar un diálogo nacional. Cabe resaltar también que, durante el periodo post electoral, el Secretario General recibió múltiples comunicaciones de líderes políticos y de importantes grupos de la sociedad civil solicitando sus buenos oficios. En virtud de estas solicitudes del 6 al 10 de febrero del año en curso, DPA desplegó una misión exploratoria a Honduras para evaluar las modalidades bajo las cuales la Organización de las Naciones Unidas podría brindar dicho apoyo técnico. La misión estuvo compuesta por Carlos Vergara, oficial de asuntos políticos en DPA; Marcie Mersky, experta en mediación/DPA; y Catalina Soberanis, PNUD/Guatemala.

Durante su visita a Honduras, la misión sostuvo reuniones con el Presidente Juan Orlando Hernández y miembros de su Gabinete, delegaciones de alto nivel de los principales partidos políticos, grupos de la sociedad civil, representantes de la Comunidad Internacional y el equipo de país de las Naciones Unidas en Honduras. Cabe resaltar que la mayoría de los interlocutores fueron de Tegucigalpa, dejando una cierta brecha con respecto a las perspectivas de otras áreas del país, Dada la ausencia actual de un proceso de diálogo formal a ser apoyado técnicamente, coma solicitaron las autoridades, la misión exploro cuestiones de voluntad política y evaluó las condiciones actuales para un posible diálogo nacional.

Contexto

Desde noviembre pasado, Honduras se ha vista inmersa en una crisis post electoral marcada par protestas de ciertos sectores en contra del manejo de las elecciones del pasado 26 de noviembre. Las protestas estallaron el 29 de noviembre, e incluyeron manifestaciones masivas frente a las instituciones estatales, bloqueos de carreteras, etc.

En algunos casos, el descontento llevó a saqueos y daños a la propiedad pública y privada. La situación se ha vista complicada aún más par la presencia de una
multiplicidad de redes del crimen organizado, ex-oficiales de policía descontentos
entre las que se encontraban algunos de las que fueron separados de sus cargos
recientemente y la proliferación de armas en el país.

Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para las Derechos
Humanos (OACNUDH), entre el 29 de noviembre y el 22 de diciembre, al menos 22
personas murieron en el contexto de las protestas, incluidos 21 civiles y un oficial
de policía. La OACNUDH estará proporcionando más información sobre la violencia
postelectoral en un informe a ser publicado próximamente.

La mayoría de los interlocutores de la misión estuvieron de acuerdo, a pesar de las
diferencias en su énfasis, en que Honduras se encuentra en media de una crisis del
sistema político, que no es transitoria sino más bien de larga data. La reconciliación
sigue siendo un tema pendiente en Honduras y existe una aguda polarización de la
sociedad que se refleja en las redes sociales a través de campañas de
descalificación y odio.

Existe un amplio consenso de que los altos niveles de violencia postelectoral, los
serios desafíos que enfrenta la situación de los derechos humanos y la tendencia a
militarizar la seguridad pública son factores de gran preocupación que contribuyen
significativamente a los niveles existentes de desconfianza hacia el Gobierno y
entre diferentes sectores.

La misión pudo percibir que existen altos niveles de insatisfacción con la situaci6n
socioeconómica. El país está marcado por altos niveles de pobreza arraigada, que
afecta a más del 60 por ciento de la población, el 38 por ciento de los cuales vive
en la pobreza extrema.

También existe la percepción de que el término «diálogo nacional» ha sido utilizado
en exceso en el contexto de coyunturas políticas previas. Grandes sectores de la
población, en palabras de algunos interlocutores, manifestaron «hartazgo con la
política tradicional».

En las perspectivas que recolectó la misión, existe un ambiente generalizado de
desconfianza, la cual se centra en los políticos, la clase política, los partidos
políticos y las instituciones del Estado, especialmente los órganos vinculados a las
elecciones (Tribunal Supremo Electoral y Registro Nacional de las Personas) y al
Poder Judicial.

Esta desconfianza es tan pronunciada que, en gran medida, llevó a la misión a
concluir que, antes de que comience cualquier diálogo, primero sería necesario
crear un mínimo de confianza entre los actores políticos, así como entre estos
últimos y la población hondureña.

 

Recomendaciones

A la luz del contexto actual, la misión recomienda una serie de acciones que podrían
establecer las bases para el diálogo, ayudar a reducir las tensiones y generar
confianza en un eventual proceso. Sin estos esfuerzos previos, es poco probable
que un diálogo tenga la credibilidad necesaria y la amplitud de la participación para
marcar una diferencia significativa en el futuro del país.

Dentro de los parámetros establecidos en la legislación hondureña, la misión
recomienda el establecimiento de un mecanismo, tal como una comisión de
investigación independiente, sobre el periodo postelectoral y denuncias de
violaciones de derechos humanos. El fomento de la confianza también requeriría
que las conclusiones de dicha comisión conduzcan a investigaciones penales por
violaciones graves, tales como los homicidios. Ese mecanismo también podría
abordar la situación de los manifestantes que se encuentran detenidos y bajo
investigación por haber cometido presuntos delitos durante las protestas. Esta
última fue una prioridad urgente expresada por muchos interlocutores de la misión.

El establecimiento de la citada comisión debería contar con el asesoramiento
técnico y la experiencia del OACNUDH-Honduras; su informe, que próximamente
se publicara, sobre las violaciones de los derechos humanos cometidas durante el
periodo postelectoral podría proporcionar una contribución seria para el trabajo de
dicha comisión. La participación de la OACNUDH en la comisión propuesta debería
evaluarse más a fondo antes de decidir en qué capacidad y función se estaría
realizando. Se necesitaran nuevas consultas sobre el terreno para elaborar una
propuesta sobre la composición y el mandato de esa comisión, pero deberá
incorporar a algunos miembros de la comunidad de derechos humanos y
representantes gubernamentales pertinentes, todos con una experiencia
investigativa eficaz. La OACNUDH podrá proporcionar orientación con respecto a
los diferentes mecanismos disponibles. Sería importante tener en cuenta que una
comisión de este tipo no tendría resultados inmediatos, ya que implicara un largo
proceso.

Además de la comisión de investigación, se necesitara una reforma del marco legal
para regular, de acuerdo con los estándares internacionales, el uso de la fuerza letal
por parte del personal de seguridad durante las manifestaciones y; mejorar la
rendición de cuentas y abordar los casos de los oficiales de policía o militares que
hayan utilizado el uso excesivo de la fuerza.

También es importante que el sistema de justicia hondureño demuestre avances
en la investigación de los casos de corrupción y violaciones a los derechos
humanos.

La misión pudo constatar que existe una sensación de despertar de la sociedad
civil hondureña, la cual representa una gran oportunidad para promover cambios en
el país. La misión se congratuló que haya dos grupos de la sociedad civil que se
consideran como posibles convocantes de un eventual diálogo. Estos dos grupos
convocantes deben ampliarse para incluir otras voces de la sociedad civil.
Asimismo, se deben crear sinergias entre estos dos grupos con el objetivo de
eventualmente, crear un único mecanismo de convocatoria.

La segunda área de posibles medidas de fomento de la confianza implicaría un
compromiso por parte de todos para eliminar el uso del lenguaje que incita a la
violencia, promueve el odio o denigración a otros que tienen puntos de vista
opuestos. Esto fue citado como un gran obstáculo por varios actores. Tales medidas
son consistentes con los principios de la ONU y podrían contribuir a la reducción
de conflictos ya mejorar en gran medida el clima para un proceso de dialogo
efectivo. Una eventual nueva coalición de convocantes del dialogo, con el apoyo del
PNUD-Honduras, podría ayudar en promover el debate sobre un código de
conducta. Otros miembros de la Comunidad Internacional en Honduras estarían
dispuestos a aportar su apoyo y experiencia a tal esfuerzo.

Como paso previo a cualquier dialogo, la misión recomienda que se realice un
inventario, incluido el estado de implementación, de todas las iniciativas,
instrumentos y / o acuerdos previos entre las fuerzas políticas hondureñas
(ejemplo, las recomendaciones de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, así
coma el Compromiso de garantías mínimas para la ética y transparencia electoral
de 2013). Este ejercicio podrá ayudar a establecer la base para futuras discusiones.
El PNUD-Honduras podría proporcionar asistencia técnica para la implementación
de esta recomendación.

Existe consenso entre todos los actores en que la reforma del sistema electoral
hondureño es de máxima prioridad. Por lo tanto, en la misma línea de la
recomendación anterior, la misión recomienda que se tengan debidamente en
cuenta las recomendaciones de las misiones de observación electoral de la OEA y
la UE desplegadas en 2013 y 2017, así como las recomendaciones anteriores de la
ONU sobre este tema. La ONU sigue abierta a apoyar los esfuerzos nacionales
destinados a mejorar los procesos electorales y apoyar el diálogo inclusive sobre la
reforma electoral.

Con el objetivo de ayudar a restaurar la credibilidad de los ciudadanos en el diálogo
y el «espacio democrático», la misión recomienda la implementación de un proyecto
piloto de consultas locales en los municipios altamente afectados por la violencia
post electoral. El proyecto piloto podría usar una metodología de faros públicos
abiertos, con reglas básicas claras, para crear un canal independiente a través del
cual los ciudadanos puedan expresar sus preocupaciones y posibles soluciones y
asegurar que, en el futuro diseño de un proceso de diálogo más amplio, se tengan
suficientes insumos de las áreas rurales del país. El PNUD-Honduras, con el apoyo
de DPA, podría brindar asistencia técnica sobre este tema.

A pesar de la coyuntura compleja actual, la misión entiende que el Gobierno desea
llevar a cabo una serie de consultas sobre cuestiones sectoriales. Si bien el PNUDHonduras
podría proporcionar asistencia técnica para estas consultas, la misión
recomienda que no se las confunda con el dialogo político final, ya que el uso de
esa terminología podría crear confusión y obstaculizar cualquier esfuerzo futuro de
diálogo.

Reflexiones metodológicas finales sobre el diálogo
La Organización de las Naciones Unidas está dispuesta a apoyar un eventual
diálogo en Honduras, el cual requiere de la voluntad real de los hondureños de
sentarse a una mesa de dialogo.
 Por lo tanto, las condiciones para un dialogo más amplio dependerán del
desarrollo de un consenso mínimo sobre su alcance, agenda, participantes,
convocantes, metodología y aspectos procesales relevantes. Los
hondureños deben aclarar los posibles roles que desean de los actores
internacionales (ONU, OEA, SICA y otros actores regionales).
 Una vez que se construya la confianza y se desarrolle una mayor claridad
con respecto al alcance de este esfuerzo, los hondureños deben decidir
sobre el nombramiento de un mediador / facilitador, que sigue siendo un tema
pendiente. La misión recomienda que el facilitador / mediador sea designado
por aclamación por los convocantes del dialogo.
 El nombre del mediador / facilitador debe ser aprobado por los principales
actores políticos. La misión se sintió alentada al escuchar expresiones de
apoyo a una posible mediación / facilitación por parte de los actores
regionales.
La misión exploratoria de DPA agradece la apertura y confianza expresadas por
todos sus interlocutores en Honduras. La misión espera que las medidas
propuestas puedan ayudar a los hondureños a recuperar la fe en sus instituciones
y promover las reformas políticas necesarias dentro del marco de su Constitución y
el respeto de los derechos humanos y el estado de derecho. Finalmente, la misión
también se sintió alentada y agradecida por el interés y el apoyo expresado por los
representantes de la Comunidad Internacional en Honduras.
Misión exploratoria DPA,

Nueva York, 20 de febrero de 2018.

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