El pasado 27 de septiembre fueron asesinados en Honduras José Antonio Teruel, defensor de la Casa Común y miembro de la red Caritas de Honduras, su esposa, Aracely Zavala y su hermano, Marco Tulio Zavala, así como también el comunicador, Luis Almendares, conocido por su espíritu solidario y ejercicio crítico del periodismo en Honduras.
Ante esta trágica noticia, la Pastoral Social Cáritas de Honduras a la comunidad nacional e internacional manifiesta lo siguiente:
1.- Nos solidarizamos con la familia Teruel-Zavala y expresamos nuestro categórico rechazo a estos hechos que revelan grave deterioro moral de sus perpetradores materiales e intelectuales también denotan la terrible precariedad de nuestras instituciones de justicia.
2.- Somos plenamente conscientes de la escalada de violencia, persecución, y criminalización que sufren defensores y defensoras de derechos humanos y periodistas en Honduras.
Este abominable asesinato se inscribe en este ambiente de violencia, de corrupción e impunidad contra las y los luchadores por la dignidad de los pueblos y la defensa de los bienes públicos y sus territorios.
Esta irracional violencia la padecen muchas personas. Por eso, lamentamos e igualmente rechazamos el asesinato del periodista Luis Alonzo Almendares y el secuestro y desaparición forzada de los 4 líderes garífunas en la Comunidad del Triunfo de la Cruz, Departamento de Atlántida.
POR LO ANTERIOR DEMANDAMOS:
Una urgente, imparcial y científica investigación de los hechos que lleven al procesamiento y castigo de sus autores materiales e intelectuales. Honduras y sus instituciones democráticas no pueden caminar por el peligroso camino de la impunidad. Así, es urgente fortalecer la independencia, el carácter científico y la eficiencia de los entes investigativos. Los familiares de las víctimas y la sociedad hondureña tenemos el derecho de conocer la verdad de los hechos y de tener plenas garantías de no repetición. La impunidad solo alienta la comisión de nuevas violaciones de derechos humanos.
Demandamos que el Estado de Honduras, en su obligación de garante, asegure el libre y noble compromiso de promover y defender los derechos humanos de nuestra población. Basta ya de amenazas, de campañas de desprestigio, de persecución, criminalización y asesinatos contra periodistas, comunicadores y defensores y defensoras de derechos humanos.
Desde nuestra condición de institución eclesial, oramos por la conversión personal de los perpetradores. El concierto de autores materiales e intelectuales deriva en estructuras de pecado que tienen su origen en la codicia, el egoísmo y la corrupción. Desde nuestro compromiso evangélico repudiamos todo atentado contra la vida y la dignidad de los hijos e hijas de Dios. Desde este compromiso de defensa, seguiremos trabajando por hacer de Honduras un pueblo en dignidad, libertad e igualdad.
«Es necesario indignarse, como se indignaba Moisés (cf. Ex 11,8), como se indignaba Jesús (cf. Mc 3,5), como Dios se indigna ante la injusticia (cf. Am 2,4-8; 5,7-12; Sal 106,40)». Querida Amazonia 15.
Tegucigalpa D.C. Honduras 01 octubre 2020
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